"Mi poesía, aunque no sea moderna, es el último grito
desvencijado, roto,
cuerda vocal desafinada,
estridencia salvaje,
desentonado aullido,
vociferante letra"
(Afonía - Luis Miguel Rodrigo)
cuando ciertos transbordos
nos hacen perder pulso
o salir de la fila que va marcando el paso
es, a estas alturas, un acto inútil.
Por más que a veces lo olvidemos
igual que el río sigue la corriente
del curso ya trazado, así, de nada sirve,
volver la cabeza hacia otro lado
o ignorar el bordado enjambre
que la piel adquiere con los años.
Tal vez por eso las palomas
vienen hoy a buscar
esa rama de olivo oculta en la solapa
de aquel abrigo viejo y desgastado
que, a pesar de tantas temporadas,
nunca nos atrevimos a tirarlo.