De un tiempo a esta parte
me han olvidado las palabras
de la misma manera que se olvida
el papel donde anotamos un número
de teléfono o las llaves de casa.
Unas veces enmudezco de golpe
y huyen despavoridas; otras
de tanto repetirse
acaban, al final, sin decir nada.
Lo cierto es que últimamente
no me asisten de urgencia
por más que las conjuro.
La memoria acusa el desgaste.
Yo, la necesidad de recordarlas.
7 comentarios:
Es importarte no olvidar dejar la puerta entreabierta para cuando quieran volver.
un beso y felicidades
Las palabras acaban volviendo, Nines. Pero una vez me dijo un poeta que la poesía, si no se la cuida, se va con otro.
No es tu caso: sigue a tu lado.
Un beso
Decía Pablo Picasso: "Yo no busco, encuentro". Pues eso ocurre en todo en la vida y escribir no es una excepción. De todas formas no es más que un juego, pues bien que han encontrado las palabras para crear un magnífico poema".
Qué quieres que te cuente, querida Nines...La semana pasada me empeñé en ser funambulista y todavía continuo en la cuerda floja porque soy incapaz de añadirle aroma de chocolate. Ya ves que te entiendo perfectamente.
Pero también te digo que leas con atención las palabras de Emilio, es una lección que he aprendido. No impide que me desespere y me muerda las uñas...pero si me hace sentir mejor.
Besos y un fuerte abrazo desde la cuerda floja.
Querida Nines:
¿A qué poeta no le abandonan las palabras algunos días o incluso meses? Terribles meses en blanco, que te hacen temer que hayan huido para siempre para irse con otro más afortunado. Pero ten confianza:siempre acaban por volver al cálido nido del poeta.
Un beso, amiga
Elvira
Amiga Nines:
Me encanta este poema.
Ya sabes que la poesía es una amante esquiva. Hoy te acompaña e incluso te desborda y mañana se larga y si te he visto no me acuerdo. No queda más remedio que tener la puerta abierta, los ojos atentos, la mano dispuesta, el corazón ardiendo... Y esperar que en cualquier esquina vuelvan a venir esas palabras para explicar la vida. Besos
Queridos amigos Poetas:
Las palabras solidarias y de confianza como las vuestras, a las que tanto debo, son las que animan a dejar la puerta entornada para cuando vuelvan. Mientras tanto tengo las vuestras donde, como en un espejo, tengo la suerte de poder mirarme.
Un abrazo a todos desde el agradecimiento y cariño.
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