lunes, 11 de noviembre de 2013

Kilómetro Cero


                                                                                       a  Carmina Casala



Desde el kilómetro cero
quiero abrazar la vida
sin nombres ni adjetivos
anónima de juicios
de verdades
del dogma del dolor
de decisiones
de alarmas y defensas que me callen.
 

Si la palabra salva
la invoco en la mañana que persigue
a la noche y niega su descanso.
La invoco en oración profunda
sobre un misal de estampas  derramadas.

 
La invoco en despiadado conjuro
para que me libere de la culpa:
“sacerdote que pueda concederme
la absolución de todos mis pecados”.


Si la palabra salva
la nombro como un rezo repetido
que llene de aire fresco mis pulmones
para  respirar desde otra boca
que me pronuncie absuelta y perdonada.