lunes, 27 de diciembre de 2010

Be Beauty




Hay cosas que nos creemos
de día pero no de noche porque
ni nutren, ni tersan,
ni regeneran, 
las pieles más maduras.


Ni el tiempo se detiene,
la luminosidad es extra,
se capturan los radicales
libres, o se afirma el contorno
como en falso prometen.


Lo único que tienen en común
es que actúan mientras duermes
igual que los reparadores
del insomnio
o el pigmento que atrapa
la luz antioxidante de los sueños.



8 comentarios:

La Solateras dijo...

Ojalá alguna crema nos borrara las arrugas que nos salen de tanto mirarnos el ombligo.

Buena comparación, Nines.

Un abrazo

Nines Díaz Molinero dijo...

Eso es verdad, Ana, porque seguro que ganaríamos en lozanía, buen humor y descanso pero nos empeñamos en tomarnos en serio (yo por lo menos) y eso es malísimo para las arrugas.

Me alegra mucho saber de ti.

Un abrazo.

Manuel dijo...

El mejor cosmético para la noche, Nines, son los sueños. Ah!, pero no es tan fácil: hay que saber soñarlos.

No basta con decir: anoche soñé tal o cual cosa. No, no basta. Hay que saber soñar los sueños.

No basta con sonreir al despertarse. No, no basta. Hay que saber soñar cómo se sueñan los sueños.

Si cremas.

Un beso.

Luis Miguel Rodrigo González dijo...

Muy buen poema. Se nota que la apertura del blog coincide con un momento expeansivo tuyo. Que no pare la fiesta.
Un abrazo muy fuerte.

Rosa dijo...

Ayer quise dejarte un comentario, pero por alguna coincidencia extraña, no aparecían activados... Ahora de mañana, sin necesitad de nutriente adicional, mas que el sol, las cosas se ven aún mas hermosas, porque pueden apreciarse con toda la intensidad de su luz natural, como tu poema Nines.

Me encanta que te hayas incorporado a este mundo de blogs.

Un besito corazón

Nines Díaz Molinero dijo...

Manuel, Luismi, Rosa:
En este columpio poético en el que hemos subido se necesita el impulso poético del otro para llegar más alto y vuestros comentarios son para mi ese empuje.
Muchas gracias a todos.
Un abrazo fuerte.

obama dijo...

Efectivamente, hay cosas que nos creemos de día, pero no de noche. Nuestra conciencia es dúctil y a veces se deja llevar por falsos cantos de sirena. Has elegido un ejemplo muy bueno para aplicarnos la dosis diaria de realismo.
Veo que estás prolífica, no pares.
Un besu

Nines Díaz Molinero dijo...

La dósis diaria de realismo deberíamos aplicarla igual que la crema, por la noche, para que haga más efecto y mantenga el espíritu luminoso...

Un beso, Obama.